September 21, 2004

El imperio con matraca y los sobrantes culinarios de fiestas patrias

Ta ta ta ta ta ta ta ta tam ta ta ta ta ta ta tam ta ta ta ta ta.....

La iconográfica melodía no abandona mi cabeza. Yo tampoco quiero que se marche, me recuerda a mi infancia y el temor que me provocaba el villano de dicha saga: el mas negro de todos los negros, que no era negro, sino blanco.

La he vuelto a ver nuevamente, acurrucada en mi sillón y tapada con una frazada.

-¿Que están dando? – pregunta mi madre.

-El Imperio Contraataca.

-Ah – responde vagamente, mientras en una bandejita prepara los refrigerios a consumir para el desayuno. Al levantarse y mirar el televisor, queda en shock – oye, ese de ahí no es Harrison Ford.

-Si, como en los viejos tiempos, cero kilómetros – sonrio.

-Aunque ahora ya tiene sus años.

-Como cualquier actor no mas.

-Si ¿cómo dijiste que se llamaba la película?

-El Imperio Contraataca.

-Ah, bueno, ahí te dejo en la bandejita cositas para que comas mañana en el desayuno – me giro y veo que la bandejita esta abarrotada de kuchen de chocolate, empanadas fritas, empanadas al horno, alfajores y galletas; Pobre de mi hígado, que a esas alturas ya estaba al borde del colapso – Tu papá también comerá, ya le dije que te deje algo.

-Bueno, dudo que lo coma todo mamá, mi capacidad se ha visto sobrepasada estos días.

-Come lo que puedas – se acerca a mi y me da mi beso de buenas noches – Buenas noches, que duermas bien.

-Si lo haré, dormiré soñando con Harrison.

-Quien no; te dejo con tu Imperio con Matraca.


Si, me acuerdo como si fuera ayer. Yo tenia entre seis y ocho años, y darían por primera vez en la televisión “La Guerra de las Galaxias”, mi hermano Jaime se iba a quedar a mirarla y yo también quería verla, mi madre se oponía diciendo que no eran películas para niños, que eran violentas y que tendría pesadillas en la noche. Lo mas irónico de todo, era que ella misma no me ponía ningún tapujo para que yo vea los programas de debate político y los programas que hablaban sobre la sublevación contra el régimen militar, “contra el Imperio”. Si aun recuerdo el mítico programa en que Ricardo Lagos junto a su dedo acusador enfrento a Pinochet!!!.

Mis amiguitos y compañeros de juego sufrieron pesadillas en que un oscuro ser con poderes síquicos los estrangulaba. Eso solo era el principio.

Mi hermano que recién había llegado de hacer su Servicio Militar y que había ganado un poco de musculatura me tomaba por el cuello y me alzaba creyéndose “el mas negro de todos los negros” y respiraba como si fuera a sufrir una crisis de asma. Gracias a Dios, aparecía mi madre quien le tiraba una papa por la cabeza (no un rayo láser disparado desde su pistola intergaláctica) y lo hacia huir, diciéndole : “Yo soy tu madre... ¡¡¡¡deja a tu hermana en paz!!!.

En las calles, mis amigos pescaban fierros, palos o varas y jugaban a ser aprendices de jedis y con mis amigas hablábamos sobre quien era mas lindo: Luke Skywaker o Han Solo. Todas mis amigas habían convertido en su amor platónico al primero, mientras yo idolatraba al segundo. Al caza recompensas cara dura y atractivo, aquel que ya sabia de antemano lo que ibas a decir:

La princesa le decía “Te amo”, y él, a pesar de estar a punto de ser hecho chicharrón, con toda la calma y seguridad que le daba ser el macho dominante de su especie (y en la galaxia) le contestaba “Ya lo se”...

Después, bueno, sucedía todo lo que tenia que pasar: batalla alucinante de sables de luz, “el chiquito campesino que juega a ser espadachín” versus “el mas negro de todos los negros”, cosas que vuelan de un lugar a otro gracias al poder de la mente y como broche, melodrama caribeño exportado a un planeta minero de eterno y dorado atardecer.

Ahora al volver a ver toda esta saga por televisión, no puedo dejar de asombrarme de que aquello que un día me alucinaba por ser lo máximo en tecnología y efectos especiales, ahora no es mas que el recuerdo de una época en que todo era mas sencillo, en que con cualquier cosa te conformabas. El tiempo en que todos teníamos las mismas ansias de libertad, al igual que los rebeldes intergalácticos comandados por la Princesa Leia Organa y que luchábamos contra ese ser oscuro que se imponía por la fuerza dominándolo todo.

Todo eso también ocurría aquí, en este mundo y en muchas partes...

Soñadas ansias de libertad venidas de una galaxia muy muy lejana...

 
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