February 17, 2006

El muchacho de los ojos tristes

Ocho y quince de la mañana.

Día lunes y hace un cuarto de hora que no llega el profesor jefe.

Durante la noche, un sueño vino a mi:

Soñaba que corría por un camino de tierra. El polvo se levantaba a mis pasos. Pequeños pasos.

¿Por qué mis pies eran pequeños y lucían unas desgastadas zapatillas “North Star”?

Ahora creo entender.

No era un sueño, era un recuerdo de mi infancia. De cuando tenia cinco años. El verano anterior a mi entrada a kinder.

Me veía corriendo por un camino en bajada. Con el vértigo que te da cuando sientes que tu peso se inclina hacia delante. En mi mano llevo una vara con la cual castigaba al pasto de la orilla.Me detengo y veo a mi derecha, interminables melgas de sembrado siendo cosechadas.Veo a mi padre agachado con una visera verde para apaliar el calor del medio día y a mi madre un poco mas allá con una falda escocesa en tonos naranjas con franjas cruzadas de azul. Me hacen una seña y me gritan para que me devuelva a la casa de los patrones. Yo les contesto que hacia allá me dirijo.

Sigo corriendo hasta llegar a mi objetivo: la casa patronal.

Solo esta la nana de la casa y el hijo de los jefes.

La empleada me da un vaso de jugo al ver que vengo sedienta y con el pecho sube que baja.

Siento que alguien viene corriendo por el pasillo y se detiene en la puerta de la cocina.....

Hasta ahí llegaba mi sueño. Justo cuando el primer chico que me dio un beso en mi vida aparecía por la puerta. Tratando de recordar mas allá de lo ocurrido aquella vez, me sorprendo con el ruido de las sillas y mesas.

El profesor ha llegado.

La puerta de la sala seguía abierta y unas compañeras sentadas en los puestos de adelante miran con morboso interés hacia fuera.

¿Un compañero nuevo? – pensé irónicamente.


Mala espina.

-...Por eso quiero que le den la bienvenida a este compañero que viene de Osorno...

Más mala espina.

De Osorno era la familia de Enrique.

-... Del colegio Alemán...

Creo que me duele la guata. Aaaaarrrrggg.

-Puedes pasar

El profesor hace un gesto con la mano como llamando a un perrito vagabundo. Los chicos lo miran con cara de desdén y de indiferencia. “Miren al pije de mierda” les escucho decir. Y las chicas lo miran como si él estuviera haciendo toppless.

¿Y yo?

Sorprendida es decir poco...

De todos los colegios en el mundo, tenia que entrar justamente al mío....

-puedes presentarte – le invita el profe.

-bueno, mi nombre es Enrique Laubscher, tengo 16 años y vengo del Colegio Alemán de Osorno.

-bienvenido al Liceo Señora del Pilar – le dijo el profesor mientras le palmeaba el hombro de manera amigable – pasa y siéntate en el puesto que queda libre al final de esta fila.

A cada paso que da se me encoge mas el estomago. Como si tuviera hambre. Hambre de recuerdos...

Misato y Kassandra hablan entre ellas. Yo las escucho como si estuvieran a metros de distancia.

Un cliché romántico: el tiempo se detuvo cuando sus ojos azules me miraron.

Un hola medio ahogado y lleno de esperanza fue lo único que pude decir. Él se da cuenta de quien le habla. Su frente se arruga incrédula al mirarme.

-¿Matilda? – su voz suena ronca y profunda.

-si – atino a decir.

-¿Cómo estas?

-Bien.

-Que bueno – sigue su camino hacia su puesto al final de la fila.

Fin del cliché.

Se rompió el hechizo.

Misato y Kassandra no logran mantener a raya sus lenguas y comienzan con su interrogatorio:

¿De donde lo conoces?

¿Cuál es su nombre completo?

¿Pincharon?

¿Besa rico?

-lo único que les puedo decir – ambas callan esperando la exclusiva – para que no me sigan hinchando, es que no lo veo desde que teníamos 5 años y eso es todo.

-¿desde los 5 años? – la frustración en la voz de Kassandra es mas que notoria.

-si, el era el hijo del patrón de la hacienda en que mis papas trabajaban en los veranos – solo veo cara de asombro en ambas.

-tiene un aire a ... – Misato divaga, tratando de buscar el adjetivo correspondiente.

-tiene aire a rico – termina Kassandra, en un intento frustrado de parecerse a Misato. Esta niega fierventemente con la cabeza.

Se seguro ella vio en sus ojos lo mismo que yo cuando lo conocí.

-es tristeza – sentencio.

-si, se ve que ha sufrido y mucho, pobre niño rico – corrobora Misato.

-tal vez una mina le partió el corazón – Kassandra mira sin pudor hacia atrás, hacia el puesto de Enrique.

-él ya tenia esa mirada cuando lo conocí – ambas me miran con renovado interés – aunque solo éramos unos niños, mi madre se dio cuenta en cuanto lo vio por primera vez, solo eso les puedo decir.

Kassandra insiste en que les cuente mas. Misato defiende mi silencio y mi “derecho a vivir en paz”, hasta que finalmente la gringa desiste.

-ustedes dos y sus ataques de ética – termina por decir para volver al trabajo de limarse las uñas y Misato al de hacerse un autorretrato manga.Yo solo fingía que tomaba atención al profesor, pero miraba al vació absoluto del pizarron. Como si los recuerdos de aquel verano desfilaran por el, como la proyección de una película.

Un reestreno solo y exclusivamente para mis ojos...

-¿Para que bajamos a la leñera?.

-Es que aquí nadie nos escucha.

-¿Para que?

Silencio.

Olor a leña.

El sol se filtraba por en medio de las tablas y rendijas de la puerta.

Medio día con sol abrasador. Enrique no habla y mira por la rendija mas ancha en la puerta, como asegurándose que nadie nos ha visto.

-¿Te das besos con alguien?

-con mi papá, con mi mamá, mi hermano...

-... con un novio

-no tengo, soy muy chica para tener pololo dice mi mamá, ¿tu tienes?

-no

Silencio.

Sus manos se retuercen nerviosas dentro de sus bolsillos y las mías juegan con la cinta de mi vestido.Una frase dicha por mi madre, al descuido, viene a mi cabeza: “Esos gringos Laubscher son todos unos hijos de puta calientos, ni a donde pa que el Gustavo no sea así mismo, capaz que le pegue las mañas a su hijo el Enrique”.

-¿quieres ser mi polola?

-no se.

Silencio nuevamente e inmediatamente interrumpido por unos pasos que se acercan a nuestro escondite, rodeando la casa.

Pasos furtivos.

Nos escondemos detrás del lineal de leña. Observamos por entre los palos a dos figuras que no logramos distinguir. Sus siluetas recortan la luz y podemos ver el polvo levantado con sus pisadas. Son un hombre y una mujer.

Miro hacia Enrique y veo que mira hacia la pared detrás de nosotros. Fijamente. Como si lo que fuéramos a escuchar o ver no tuviera la menor importancia. Como si ya lo hubiera visto antes...

-te he dicho que no quiero que me interrumpas cuando estoy trabajando – era la voz de la mujer.

Me parecía conocida.

-moría de ganas de verte, por eso mande a buscarte a los establos.

-tu sabes que estoy en plena faena de vacunación de los animales, además ... – silencio.

-¿además que? – pregunto el hombre. Era el papá de Enrique, Gustavo Laubscher.

-además, dentro de dos días mas llega la Aline.

-tu sabes que yo te quiero a ti no mas.

-pero la Aline es tu esposa, la madre de tu hijo y mi hermana ...

Mas silencio.

El aire se enrarece.

Contengo la respiración.

Enrique a mi lado mira a la oscuridad, con la indiferencia de aquel que ya ha visto el mundo caerse a sus pies. La mirada de un ángel herido. Lo miro alternadamente sin saber que hacer. Los adultos se abrasan y besan furiosamente mientras Enrique rasguña la tierra del piso.

El grito de la empleada los detiene, solo para después besarse, despedirse y salir del sótano-leñera.

Por fin respiro.

Enrique se para bruscamente y mira hacia la luz cegadora proveniente de la puerta. A lo lejos, los trabajadores parecen hormigas acarreando su alimento.Solo una cosa me queda por hacer...

-mis papas van a trabajar hasta que se termine la cosecha, si quieres puedo ser tu novia hasta que se termine todo.



Rectificar es ...

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... de sabios, por eso, comenzare a publicar y en este caso a republicar mis historias cachondas y Freaks de "Las tres Des-gracias" aqui, again.
Para Comenzar aqui les presento el primero de mis desvarios literarios

Odio el Punchi Punchi

Miro desde la ventana de la casa de Kassandra. A lo lejos el paisaje bucólico de prado verde y cerro Huaihuen me hipnotizan, tiene buena vista su casa y buena ubicación. Una potencial mina de oro urbanizada y codiciada por muchos; aun así, su padre no la vende.
Estudiamos junto a Matilda “El anarquismo”. Será una prueba coeficiente dos junto a otra materia mas de Historia Universal. No niego que sea mi materia preferida, pero el profesor es un asco, lo único que hace es sumergirnos en un mar de aburrimiento del cual el timbre para salir a recreo nos rescata como el superhéroe que nunca falla, Dios lo bendiga.
- Saben que el viernes hay una fiesta con Dj en la casa Juan Morales – dice Kassandra tirando el portaminas aun lado y captando la atención de Matilda.
- Algo escuche – sigo mirando la pampa verde del cerro – pero será en un galpón que tiene su padre, en unos de esos galpones donde guarda los camiones de transporte de fruta.
- Su primo será el Dj – comento Matilda – ese con el que pinchaste para Navidad – bajo la vista sonriendo, yo sigo mirando la pampa.
- Vas a ir Misato, ¿no te da ganas de verlo otra vez? – pregunta tanteando el terreno Kassandra con cierta sorna en su voz – digo, estuviste verde por ese compadre.
- Mmmmm ... Tu sabes que estoy en otra onda ahora.
- Si, lo sabemos, lo sabemos – dice con hastió Kassandra – ahora estas mas metida en el movimiento “cartoon girl”, nada de chicos superficiales sino de freaks amante y devotos del anime, ¿es que acaso no te cansas? Ahora solo dibujas y escuchas música japonesa.
- Te quejas de mi falta de atención hacia a ustedes o hacia mi falta de atención a todo aquello que ustedes encuentran “bueno, bonito, barato y chori”.
- Bueno – interrumpe Matilda a Kassandra que estaba dispuesta a disparar – yo no creo que estés alejándote de nosotras, sigues siendo nuestra mejor amiga, nos sigues aconsejando y escuchando como siempre, y yo personalmente no le veo el problema a que te estés haciendo fanática de la animación japonesa, es mas te apoyo, lo que haces es marcar la diferencia – termino por decir, bajando la cabeza para seguir escribiendo frenéticamente su resumen de la materia.
- ¿Y tu? – pregunto a Kassandra – ¿ya no soy tu amiga por ser una cartoon girl, ya no soy tu amiga por que no salgo tan seguido a los carretes con ustedes, por que ya no voy a rebotar y entregarme al frenesí del punchi punchi?.
- No es eso...
- ¿Que es entonces?.
Solo silencio, miro hacia el cerro recorriéndolo con la vista como lo hacia yo.
Ya sabia lo que le pasaba, se avergonzaba de mi, de tener una amiga freak, de ya no ser la super mina carretera que no se pierde ni una, que esta en todas las paradas...
- Te averguenzas de mi Kassandra, eso es lo que pasa.
- No es eso.
- ¿Y que es entonces?.
- Ya no te juntas con nosotras, todo te parece superficial y te haces la intelectual.
- Pero si ella es la mas intelectual de nosotras tres – le corto Matilde – y eso nunca te importo.
- Pero ahora es diferente y no me digas que no es así, te noto mas sumergida en ese cuestión desde a finales del año pasado, te pusiste mas extremista en todo ese cuento, no piensas en nada mas.
- ¿Y que se supone que tengo que hacer según tu?, ¿seguir las tendencias de la moda y comerme a la mitad del colegio? – digo casi gritando. Matilda dejo de escribir y me miraba, su mirada me dio fuerzas para seguir – decirte ponte tu: “No sabis na galla, conocí a un tremendo mino y que te tiene “el” cuero y unos ojos que te moris” – ironice mientras Kassandra captaba la indirecta y Matilda se había largado a reír para después callarse al ver la expresión de ira de ambas.
- Eso justamente era lo que tu también decías antes de tu “nueva pasión” – respondió Kassandra – tal cual, no se porque ahora tienes que imitarme para ironizar si solo tienes que retroceder en el tiempo.
- Es que acaso no te das cuenta que solo nos faltan dos años para terminar la Enseñanza Media y que en algún momento tenemos que mirar la vida de manera diferente, que tenemos que madurar, la vida no es eterno carrete Kassandra.
- ¿Y tu piensas que no lo se?.
- Pues eso parece.
- Pues no es así, si estoy interesada en mi futuro pa que sepas, pero no me ando atormentando como tu sobre lo que me pasara mañana, yo vivo el presente.
- Lo que a ti te duele no es que yo me haya hecho fanática de la animación japonesa – tomo un poco de aire, mis mejillas están coloradas y siento que se me seca la boca – lo que te duele es que ya no tengáis a alguien pa soportar tus idioteces y berrinches, tus rollos infantiles y tus penas de amor.
- No es así.
- Si, si lo es – le afirmo, tomando aire para continuar - Yo no he dejado de ser tu amiga Kassandra, todavía soy capaz de escucharte de verdad, como cuando éramos niñas, pero no estoy para tapar las embarradas que te mandes, ni para ir a disfrutar del Punchi Punchi y emborracharse y quedar como masa.
Ella sabia muy bien a que me refería. Cuantas veces habíamos compartido noches de carretes llenas de alcohol, minos desconocidos, moteles, rumas de cigarrillos e incluso un par de accidentes por culpa de nuestro estado etílico.
- Misato tiene razón Kassandra – dijo en voz baja la morocha, como si dudara de seguir hablando, como si nos fuera a perder a ambas en el intento – ni siquiera te acordai de la ultima vez en que salimos de fiesta y como llegamos: cayéndonos de cocidas, gracias a Dios que no estaban tus papas y nos pillaron.
- ¿Y que quieren que haga, que me convierta a algunas de sus “religiones”?.
- Lo que te tratamos de decir Kassandra, es que no todo en la vida es pasarlo de fiesta en fiesta – Matilda decidió mirar hacia el cerro al igual que yo, para después continuar – nadie te dice que dejes de salir y te diviertas, pero de un tiempo a esta parte...
- ¿Que?
- De un tiempo a esta parte, ya ni te reconocemos – le digo.
- Ni yo a ti Misato.
- Tal vez si, si he cambiado y si lo he hecho es para mejor, de eso estoy segura – hay unas nubes en el cielo. El pasto de la pampa se oscurece cuando pasa una de ellas – ya no me avergüenzo de decir a los cuatro vientos que esos “Freaks” son mis amigos, y buenos amigos, que han hecho mucho por mi.
- ¿Mas que nosotras?.
- Tal vez si, tal vez no.
- Yo siempre seré tu amiga Misato – me dice Matilda mientras acaricia mi mano, parece que va a llorar.
- Yo nunca dejare de serlo para ustedes, lo único que quiero es que me entiendan y que se den cuenta, de que en ese mundo en el cual estuve yo sumergida por mucho tiempo y del cual ustedes todavía no salen, no trae mas que malos ratos y ...
- No se como cambiaste tanto, te lo juro – Kassandra se paseaba por la salita tomándose la cabeza y mirándonos de vez en cuando – es que cualquiera que te escuchara hablar pensaría que eres Sor Teresa de Calcuta, redimida eso si – no hable, solo sonreí ante el sarcasmo, en parte era verdad: era la Santa propagadora de la fé en la animación y cultura japonesa – te morías por ese mino primo del Juan Morales, te morías, estabas verde y pensar que hasta yo lo hallaba rico, bueno sigue igual de rico.
- Pues ya lo ves, no estaba lo suficientemente verde por ese gueon – respondí enojada. Ahora entendía muchas cosas. El porque ese día de Navidad Kassandra nos había dejado tiradas a Matilda y a mi, porque por primera vez se fue temprano a casa. Ella estaba enamorada del cabron ese – por lo visto tu me ganaste, te lo dejo si quieres, ve a la fiesta y disfrútalo.
- ¿Que te pasa? – me pregunta enojada, haciéndose la que no capta.
- Lo único que te digo, es que tengas cuidado eso si.
- Lo dices de picada.
- En verdad es un consejo, porque aun te considero mi amiga Kassandra – le digo mientras recojo mis cosas para irme, ya no se puede estudiar en semejante ambiente.
- No quiero tus consejos.
- Pues te lo voy a dar igual.
- No te quiero escuchar, no te quiero escuchar – se tapo los oidos de manera infantil. Matilda seguía tirada en el piso junto a la mesita de centro.
- ¿Quieres saber porque a mi ya no me gusta ir a rebotar como lo hacia antes?.
- No me interesa tus putas explicaciones
- Ese día de Navidad, en la fiesta en que ese cabron fue Dj, esa mierda trato de violarme cuando quede borracha – vi la cara de Matilda deformarse en una expresión entre horror y asco, Kassandra dejo de taparse los oídos pero seguía mirando hacia la pampa – él y otra mierda parecida a él, logre escaparme por poco y sabes gracias a quien – no me respondió pero a través de su reflejo en el vidrio vi que sus ojos estaban agrandados por la sorpresa - gracias a mis amigos “freaks”, esos que tu tantos desprecias y basureas, por ellos fue que me salve, ellos pasaron a cachar la movida, yo ni siquiera me trataba mucho con ellos en aquel entonces como lo hago ahora, solo nos encontrábamos en las “Otaku Partys” y nada mas, pero aun así me ayudaron.
- ¿Que les hicieron? – pregunto casi en un susurro Matilda.
- Les rompieron unas cervezas en la cabeza y les dieron unas cuantas patadas, sabian Artes Marciales, uno de ellos es cinturón café.
Me acerque a la mesa y metí todos mis útiles a mi mochila rosada de Hello Kitty. Me puse mis chaqueta de cuello peludo y me iba cuando escuche un “espérame” por parte de la morocha.
Salí y la espere a la salida de la casa.
Emprendimos camino hacia la biblioteca, mas bien yo lo hacia, la morocha solo me seguía obediente.
- Ahora entiendo tu repentino odio a la disco y al punchi punchi.
- Es una mierda ese gueon Matilda, una mierda.
- Si
- Júrame que si te puedes alejar de todo eso lo vas hacer – ella solo movió la cabeza en signo de aprobación – no te digo que no te vallas de copitas...
- Si, si ya te entendí, no hablemos mas de eso – asiento con la cabeza – ¿donde vamos ahora?.
- Yo me voy a la biblioteca ¿y tu?.
- Te seguiré no mas – me sonrió mustiamente Matilda.
Caminamos hacia el paradero y esperamos el transporte. A lo lejos vimos la micro venir echando humo por su tubo de escape. Se detuvo frente a nosotras y nos recibió la sonrisa del conductor: un hombre obeso y de mirada alegre y juguetona, no picara, juguetona e infantil. Nos acomodamos en los asientos de la derecha y lo ultimo que vi, fue un aviso pegado en la garita de espera que decia:

Gran fiesta, excelente DJ, mujeres entran gratis hasta las 12: 00 de la noche...

February 11, 2006

¿Como andamos por casa?

(Cronica editada y rescatada del blog extinto "Hello Stranger!")


A los 22, tomada en casa de mí hermano.



Ahí tengo año y medio, salgo con un primo a las afueras de my House.



A los cuatro, en la Plaza de Puerto Montt, montada sobre un caballo de madera sicótico.

Wanted dead or alive

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(Cronica comenzada el dia 5 de noviembre …)


Hacia un tiempo que no me pegaba una crónica personal.

Este humilde Blog ya cumplió el año de vida hace un tiempito y yo hace aproximadamente un mes que cumplí los 25 años de edad.

25 años.

Como han podido leer en mis crónicas anteriores – si es que las han leído – sabrán que actualmente trabajo en una Fabrica Procesadora de Salmones, que a pesar de ser un trabajo absorbente en el 100%, me permite mantenerme decentemente.

Muchos de mis amigos cibernauticos se preguntaran si ya me aleje definitivamente de mis aficiones. No es así. Aunque ahora recorro dichos parajes solo de vez en cuando, tanto por concepto de falta de tiempo, concepto monetario o simplemente, desgano de predicar mis dogmas sin que nadie los oiga o los lea, en este caso.

Aburre ser una voz en el desierto, créanme.

Ya no me atrae meterme a discutir sobre el sexto libro de Harry Potter o las diferencias obvias – pero que son el pan de cada día de los fanáticos ortodoxos de HP – de la cuarta película.

Ahora mas que nunca siento el “abismo generacional” entre mis amistades y yo, eso sumado al hecho de que hace dos semanas, para ser exactos, un día antes de mi cumpleaños numero 25, me fui de mi casa.

Estoy a medio vivir, siendo pasajera del barco que me lleva hacia mi independencia, que a estas alturas es mas barcaza, que otra cosa.

El remordimiento aun me carcome al recordar el llanto de mi madre y sus suspiros entrecortados cuando fui a buscar algunas cosas que se me quedaron.

Capricornio es el signo que odia los cambios, que es monótono, conservador y sobreprotector. Yo lo sabia. Mi madre es capricornio.

En cambio piscis lo acepta, se resigna y sigue para adelante llorando a escondidas y en silencio. Así es mi padre.

Quiero caerme, quiero sufrir, quiero saber lo que es valerse por mi misma, les dije.

Ellos me ofrecieron ofertas que pensaron, yo no rechazaría. Pero lo hice.

Aunque la mayoría de mis amistades me han felicitado, yo sigo con ese mal sabor de boca, que se ha visto prolongado por la gripe y posterior bronquitis obstructiva que me tuvo con licencia por dos semanas.

Dicen que cuando uno esta triste se le bajan las defensas, el cuerpo queda mas expuesto a contraer cualquier enfermedad viral. Eso me paso a mi. La ultima vez que me paso algo así fue cuando murió mi abuela, que aunque me llevaba pésimo con ella, la llore por el solo hecho de recordar lo mal que nos llevamos mientras estuvo viva y lo poco que me quiso. Aquella vez me dio bronquitis obstructiva y termine en el kinesiólogo haciéndome masajes para botar la escoria que me quedaba en los pulmones, agravándose aun mas mi cuadro de asma.

Si esto es estar viva, realmente no quiero averiguar lo que es estar muerta. Por lo visto mi instinto de supervivencia es mi mejor arma para levantarme todos los días para hacerme algo de comer. Siempre hay “una sopa lista” o “pasta lista” que me mantiene conectada a la vida. Siempre lista, como dicen los Boy Scout.

Me siento insegura. Mis manías salen a flote ante cualquier roce cotidiano con mis compañeras de vivienda. Siempre me carcome la duda si son ellas o yo las que las provocan. O será que tengo varias personalidades, mi lado versus ¿ maybe ?

Por el lado romántico y del corazón, nada nuevo bajo el sol. Pareciera que la mayoría de los hombres que se acercan a mi es para puro comerme. Pero saben que, a estas alturas, mi cara de mosca muerta me ha servido de mucho, ya que los que creen que nunca los mariconearia son los que reciben la cuchillada por la espalda antes de que me la den a mi. La ley de la selva no mas. Ellos juegan al “sexo a la carta”, ¿por qué nosotras no?. Después de tanta necedad de mi parte por encariñarme con especimenes que valen menos que un candy me siento con el soberano derecho a hacer y deshacer. Aunque alguien por ahí me aya dicho: “entonces te vai a poner como todas las otras minas”, ya estas alturas me da igual y me chantare el día que conozca un hombre de verdad y con mayúscula, que me quiera como su polola y no para pasar el rato, que se atreva a darme un beso en publico y no que me diga “vamos a conversar a otro lado” para darme un atraque y pa colmo en la oscuridad, para que nadie cache que besa a una leprosa, que me diga que soy linda solo y únicamente cuando esta curao y que se justifiquen diciendo que los curao siempre dicen la verdad y tanta chiva pelua que inventan estos hombres de mierda.

Si, soy una resentida y que.

Muchos decían que mi vida seria de ensueño.

Pos no, actualmente, no lo es.

Nada de lo que me vislumbre haciendo antes de los 25 se ha cumplido. Dios, que miserable es mi vida...


Por si no se nota, estoy, de verdad, con una depresión que no me he tratado, mas por estupidez que por otra cosa. Ya que pienso que el día de mañana será mejor, o que mañana será otro día, o que mañana me encontrare un maletín con plata que resuelva mi situación económica o que me encontrare un pololo tirado en la calle solo y desamparado.

No me hagan caso. Delirios de una escritora fracasada, no more.

Pd.: a mis seguidores a través de Fanfiction.net les digo, antes de que termine febrero – si, se que han esperado desmasiaaaaaaado por un nuevo chap de “Corresponsal en Fanelia” y están que me matan, me envían un virus u/o troyano por mail o me hacen mal de ojo por tenerlos en ascuas – les entregare un nuevo chapter con una que otra pista del desarrollo de la historia. Así que no desesperéis mis fieles seguidores, que esta alma compasiva no los ha abandonado.

(Cronica finalizada hoy…)

 
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