January 03, 2005

Un año mas...

Puedo dormir tranquila.

¿Podré?

30 de Diciembre del 2004:

Los corderos para los asados familiares aterrizan cerca de mi casa.

Beeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

Solo escucho beeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee por doquier

De día, de noche, en los atardeceres y amaneceres solo escucho beeeeeeeeeeeeeeeeeeee.

Mi madre y yo vamos a comprar las cosas necesarias para el día 31, para el 1 y para los días subsiguientes.

Porque acá en la ciudad de Ancud, Isla de Chiloé -como e todo Chile, creo- el cambio de año suele celebrarse durante varios días consecutivos. Con mucha carne – de ahí los corderos – mucho trago, mucha indigestión y mucha pero mucha champagne con helado de piña…

¿No será mucho?

También aprovecho y voy a cobrar un chequecito guacho que me quedaba por ahí, así evito que me hagan un “corralito” hasta el lunes 3 de Enero.

31 de Diciembre del 2004:

Los pulsos se alteran.

Y para variar, no falta el condimento, fruta, verdura, bebida o mentira a consumir en estas fechas que se haya quedado fuera de la lista original.

Porque en mi caso, no solo celebro el cambio de año, sino también, el cumpleaños de mi progenitora, que nació el 1 de Enero hace ya 67 años atrás. Lo que conlleva que la nunca bien ponderada “tortita de cumpleaños” haga su aparición…

Ahora entiendo el porque de un amigo de celebrar insistentemente sus cumpleaños con lasaña.

También debo planchar el vestido que tenía reservado para estas fechas. Lo que, para variar, conlleva a que tengo que comprarme un par de sandalias decentes. Eso sin contar con las hawaianas para la playa, porque de seguro iremos a la playa…

… Aunque el cielo “parece” decir otra cosa.

1 de Enero de 2005:

“un año mas,
Que se va.
Un año más,
Cuantos se han ido.
Un año más,
Que más da.
Cuantos se han ido ya”


Reza la canción popular.

Ya nos dimos los abrazos y besos de rigor.

Y todavía tengo latente en mi mente la cantidad de veces que mi hermano y mi madre se han peleado para estas fechas. El ambiente esta cargado, como esperando a que uno de los dos suelte la chispa que encienda los juegos artificiales de la discordia. Hay un pequeño incidente, pero nada que unos buenos tragos no puedan borrar… ¿o acentuar?

¿Por qué mi familia tiene que ser tan cabrona?

Amanecemos todos pidiendo una sal de fruta.

Mi sobrino conecta su Playstation 2 y juega el FIFA 2003, acaparándose por horas interminables el televisor, mientras yo y mi hermano peleamos porque él quiere ver sus DVDS piratas del incombustible Steven Seagal y yo por enésima vez – sin cansarme en lo más mínimo, como buena fanática que se precie – quiero ver mis DVDS de “Harry Potter”. Mas específicamente “El prisionero de Azkaban”; que solo lo tenia en un VCD todo chanta y borroso y que ahora me regocijo viendo y admirando el trabajo de Alfonso Cuaron y sus protagonistas, mas bien dicho “SU PROTAGONISTA”.

¡¡¡Que crecidito estas Danielito!!!

Sin pudor ni remordimientos, como debe de ser.

La visita de mi amiga Agueda me refresca el día. Juntas compartimos nuestras anécdotas post año nuevo.

Termina el primer día del año. Fue en extremo caluroso y agotador. Hacemos planes para el día siguiente: por fin iremos a la playa.

…eso me recuerda que tengo que depilarme.

2 de Enero del 2005:

Cago la playa.

La estruendosa lluvia me despertó a eso de las seis con quince minutos.

¿Por qué me toco vivir al sur de Chile?

El bote inflable y la carpa quedan relegados en un rincón.

Rostros alicaídos, ceños fruncidos y la sensación de que debimos haber ido a la playa el día anterior se apodera de todos.

Con mi hermano llegamos a un acuerdo: él mira a su “cocinero” – así llama a Steven Seagal – y yo miro a “Danielito”. Alternadamente. Hasta finalizar el día. Y así estamos todos felices comiendo perdices.



Ya terminan las fiestas y se hacen los cálculos al ojo:

15 kilos de carne de todo tipo (no solo de cordero se vive en año nuevo)
1 torta de cumpleaños.
1 casata de helado.
4 tarros de fruta surtida en conserva para postre.
10 tarros de durazno picado para el ponche.
9 litros de vino blanco para el ponche.
3 kilos de verdura.
50 helados de paleta y barquillo
8 litros de bebida gaseosa y
10 sobrecitos de sal de fruta para la acidez e hinchazón.


Todo una lista de placeres alimenticios al servicio de la gula.

Placeres a los que, quiéralo o no, yo y mi familia nos rendimos sin oponer resistencia.

Ya es 3 de Enero. Los recuerdos de fiestas interminables aun quedan.

¡¡OH gran Dios de las fiestas y el vino, Dionisio!!

No sabes de lo que te perdiste…

0 comentarios:

 
Es Lo Que Hay © 2008 Template by Exotic Mommie Illustration by Dapina